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Premios "Pico Peñamellera", orgullo bolístico

Premios "Pico Peñamellera", orgullo bolístico

Isidro Caballero Sardina Los antiguos ejércitos se hacían acompañar de poetas, trovadores, cronistas? de un montón de gentes aparentemente inútiles, pero que desarrollaban una función esencial: recordarles regularmente a los soldados la grandeza de lo que estaban haciendo entre todos. Si no hubiera habido nadie para cantar sus hazañas, los pobres hombres de armas hubiesen acabado por batirse de cualquier forma. Hubieran perdido su orgullo, su vitalidad, su ánimo: su empresa hubiera fracasado.

Los Premios "Pico Peñamellera" han nacido hace 22 años para apoyar y defender el ánimo alicaído de este deporte que a pesar de haber perdido muchas cosas : el juego espontáneo, jugadores, palabras, aficionados, popularidad, prestigio? sigue conservando, coraje, autoestima y, sobre todo, el orgullo. Hoy, un año más en Panes, con motivo de los XXII Premios "Pico Peñamellera " que entrega la asociación del mismo nombre, vamos a reforzar nuestro orgullo bolístico y para ello destacaremos las trayectorias de tres grandes valores de los bolos astur-cántabros. Ellos son: Santos Fidel Ruiz, histórico jugador del Valle de Reocín (Cantabria), Carlos Suarí (Oviedo) investigador sobre el deporte de los bolos, escritor, articulista, comunicador y conductor de programas y actividades relacionadas con los bolos y Alberto Fernández Fernández, Loza (Coaña) defensor de la modalidad denominada bolo rodao, con una labor abnegada de promoción y difusión de la misma.

El lugar de cita es el Museo de los Bolos a las 19.30 horas para acompañar desde allí a los

galardonados que bajaran por el "abedular", en homenaje a todos los galardonados hasta la fecha, hasta el Ayuntamiento.

Julio Braun, licenciado en Geografía e Historia, Premio "Pico Peñamellera" 1999 y uno de los grandes investigadores sobre el deporte de los bolos glosará las acciones más sobresalientes de Santos Fidel Ruiz. Mauro Blanco licenciado en E. F. y Premio "Pico Peñamellera" 2013 hará lo propio con Carlos Suari , mientras Rafael García, doctor en Marina Civil y profesor titular de la Universidad de Oviedo hablará de Alberto Fernández Fernández.

Todo ello tendrá lugar en el salón de Plenos del Ayuntamiento del Valle Bajo de Peñamellera, el lugar donde se toman las decisiones más importantes del concejo, porque este Premio, además de un homenaje a los bolos, lleva el nombre del símbolo más importante de nuestra tierra, Peñamellera. Allí comprobaremos que nuestro orgullo bolístico sigue perseverando.

Pero ¿qué es nuestro orgullo bolístico? Daré una contestación personal desde la convicción de que otros pueden pensar otras cosas.

En primer lugar la dignidad de nuestra historia. Tenemos Historia con mayúsculas pues poseemos documentos históricos contrastados, el más importante el documento del parque de San Francisco de Oviedo del año 1495, que es el primer documento histórico sobre el juego de los bolos en España y narra, según comenta el historiador Javier Fernández Conde en la revista publicada con motivo de la Inauguración del Museo de los Bolos (Panes, 2003), "un episodio pintoresco entre Nuño Bernaldo de Quirós, miembro de la aristocracia más linajuda de Asturias y Alonso de Quintanilla, Contador Mayor de los Reyes Católicos, y hombre de gran poder e influencia política, pero con un linaje más modesto". No hay historia sin documentos históricos, no nos engañemos , pero nosotros sí los tenemos. Ya quisieran muchas disciplinas y comunidades tener un poco de lo que nosotros apenas damos valor en una nueva demostración de papanatismo barato.

 

En segundo lugar la ilusión y los sueños de tantos que nos precedieron. Sin la ilusión y los sueños, que no solamente son un derecho si no que deberían ser un deber, porque como muy bien dice Laura Mari Barrajón "todo, absolutamente todo lo que vemos, fue alguna vez el sueño de alguien. Soñar vale la pena, porque soñar te lleva a hacer cosas", no estaríamos aquí hoy hablando de bolos.

El juego de los bolos ha sido un elemento muy importante en la socialización del pueblo asturiano que hasta hace muy poco ha sido fundamentalmente rural.

Si hay un juego arraigado en la manera de entender la vida de los pueblos ese es el juego de los bolos. La atracción como juego seductor. Hace unos días el escritor y periodista Alfonso Ussía en un periódico con expansión nacional decía: "Nadie que haya visto por primera vez una partida de bolos se ha sentido decepcionado". Yo, al menos , estoy de acuerdo con él. Y las boleras, esos santuarios civiles de los pueblos, de cuyo espacio a todos nos corresponde un trozo. Y además, los bolos son un hecho cultural. Es cierto que no hay cultura sin historia, pero ya dijimos que nosotros sí la tenemos, aunque la enseñemos poco, y el juego está presente en la literatura, la pintura, la mitología, los dichos populares, la tonada?

La defensa de cierto estilo y muchos valores: cordialidad, juego limpio, respeto, la buena vecindad? Y en estos últimos tiempos parece que la Administración se va a acordar de nosotros después de una prueba de fidelidad de más de 500 años con el pueblo asturiano y en el saluda realizado en nuestra publicación "Bolera" no 22 con motivo de estos premios, la directora general de Patrimonio del Principado, Otilia Requejo, nos adelanta que de confirmarse la declaración de Bien de Interés Cultural para los bolos que está en proceso, "permitiría potenciar el conocimiento del juego entre las más jóvenes generaciones, impulsando también la investigación y el estudio", añade. Además cree que "este reconocimiento permitiría impulsar y consolidar la presencia de los bolos en el sistema educativo asturiano, única forma de garantizar la transmisión de su práctica entre las nuevas generaciones de asturianos".

En definitiva, concluye Otilia Requejo, "un juego que por méritos propios es el primero que va a distinguirse con el más alto reconocimiento patrimonial posible, el derivado de su declaración como Bien de Interés Cultural".

Y dejando todo tipo de pesimismo para tiempos mejores, como diría Eduardo Galeano, me gustaría reseñar por último que hoy los bolos volverán a ser en Panes un puente entre Asturias y Cantabria y también entre las alas: oriental y occidental de nuestra comunidad.

Referencias

La Nueva España