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El Ministerio de Fomento ensanchará la carretera del desfiladero de la Hermida

El Ministerio de Fomento ensanchará la carretera del desfiladero de la Hermida

El Ministerio ultima los detalles de la última actuación que afectará a la vertiente asturiana dentro de las obras de mejora del desfiladero de la Hermida, la carretera nacional 621. Se trata de una pequeña parte de las que restan por ejecutar en este tramo, que se enmarca en el estribo norte del puente de Estragüeña.

Los trabajos entre Panes y Potes se llevaron a cabo el pasado año, con un presupuesto que supera los dos millones de euros y en los que se incluyó, además, un modificado que afectaba al tramo de Peñamellera baja. En los últimos días, según anticipó la ministra Ana Pastor en su última visita a Cantabria para inaugurar el último tramo de la autovía Ruta de la Plata (A-66) y la del Cantábrico (A-8, la empresa Acciona comenzará a trabajar en los kilómetros siguientes a este concejo asturiano limítrofe, que se desarrollan prácticamente de manera íntegra en territorio cántabro. La obra pendiente rectificará las curvas de escasa anchura, lo que obligará a ampliar el espacio de varios viaductos y reforzar los muros de contención existentes en la calzada.

Este montante de obras recientemente adjudicado consta de seis tramos diferenciados, que suman una longitud total de actuación de 2,8 kilómetros. Como se indica, en territorio asturiano únicamente se actúa en parte de uno de esos tramos, el catalogado como el último, que se sitúa en el estribo Norte del puente de Estragüeña y cuenta con 140 metros de longitud.

Esta parte de la actuación consisten en mejorar la seguridad vial del trazado actual, pasando de una anchura de unos 5 metros a otra final de 8, los cuales se proyectan obtener, en su mayoría, de la construcción de voladizos y muros. La sección tipo que está planteada en papel consiste en dos carriles de 3,5 metros de anchura y dos arcenes de 0,5 metros cada uno. Además se reforzará la señalización vertical y horizontal, un requerimiento prioritario para el Ayuntamiento peñamellerano, así como en pantallas dinámicas que se colocarán en la ladera para evitar la caída de piedras a la carretera.

Por otro lado, a lo largo de todos los tramos en los que se divide esta obra, los trabajos incidirán sobre los cuatro puentes que existen sobre el río Deva. La obra se apoyará en los actuales pasos dotándolos de un mejor trazado de entrada y salida así como una mayor anchura.

Con anterioridad al inicio propiamente dicho de los trabajos, antes de haber maquinaria en los diferentes tajos, se realizarán una serie de actividades consideradas como imprescindibles y necesarias. Y es que el proyecto también ha debido tener en cuenta la particularidad de estos trabajos debido principalmente a algunos aspectos. Por un lado, se trabajará en un enclave ecológico y paisajístico situado en zonas LIC (Lugares de Importancia Comunitaria) y ZEPA ( Zonas de Especial Protección para las Aves). Además este tramo es la única conexión con la comarca de Liébana, por lo que la afección al tráfico toma una gran importancia.

Por todo ello, antes de comenzar con la maquinaria actualmente se están llevando a cabo otras actuaciones, de carácter previo, como solicitar y obtener las autorizaciones necesarias de las distintas administraciones con competencias; retirada de los servicios afectados -como el telefónico-; replanteo y comprobación topográfica; reconocimiento de los actuales puentes; y elaboración de planes de seguimiento ambiental, de aseguramiento de la calidad ambiental, de gestión de residuos y de seguridad y salud.

Tráfico estacional

En lo que respecta al tramo peñamellerano, se espera que los trabajos tengan una breve ejecución. Para todo lo demás, la constructora dispone de dos años de margen para avanzar un trabajo que inicialmente se firmó en 9,8 millones. Se trata de una actuación que se desarrolla en una orografía complicada, marcada por el río Deva. Según los estudios del ministerio, la N-621 soporta en este tramo un tráfico muy ligado al verano y la Semana Santa, acogiendo movimientos de entre 2.670 y 5.150 vehículos al día.

En los tajos ejecutados, una de las reformas que fueron aprobadas por el Ministerio de Fomento y que no se contemplaban en el primer borrador del proyecto fue la modificación, por petición municipal, del «trazado de una curva en la carretera que enlaza Panes con Cangas de Onís». Mejorar la señalización de la vía, sobre todo en las travesías de Panes, El Mazo y Buelles, además de ampliar las aceras y también límites de velocidad, fueron otras de las adecuaciones completadas hace algunos meses.

Lo que no se llegó a realizar es la instalación de semáforos limitadores de la velocidad en las entradas a Panes, unos elementos muy demandados por el Consistorio peñamellerano.

Ahora queda por ver cómo afectarán al tráfico todas estas obras previstas en la carretera del desfiladero de La Hermida . Su duración prevista es de dos años y 2017 es año jubilar lebaniego, por lo que el volumen de vehículos que soporte esta carretera nacional será mucho mayor al de otros años por la afluencia de peregrinos. 

Referencias

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El Comercio