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Robriguero despide a su gran voz

Robriguero despide a su gran voz

Con lágrimas en los ojos y el corazón encogido, así despedían ayer cientos de personas a María Dolores Sánchez Blanco, más conocida en Asturias como la Pastorina del Cares, por sus sobresalientes dotes para la canción asturiana. La peñamellerana fallecía esta semana víctima de una dura enfermedad que llegó a apartarla de los escenarios, con solo 41 años de edad. Minutos antes del inicio del funeral eran muchísimas las personas que llegaban para formar parte de esta despedida, que cómo no tuvo banda sonora de gaita. Oscarín Fernández, Ricardo Soberado y Vicente Prado 'El Pravianu' acompañaron al féretro en su entrada a la iglesia de San Pedro de Tobes, en su Robriguero natal, con los solemnes acordes de la 'Marcha de Antón el neñu'.

«Una gran pérdida para el mundo de la canción», declaró Oscarín. Fiel escudero en cientos de actuaciones alrededor de Asturias, ayer despedía a «una amiga, joven y con mucho futuro por delante dentro de la tonada, que ahora le arrebató esta enfermedad». «Una triste despedida», es la que 'El Pravianu' vivió ayer, recordando con cariño aquel año 2004 cuando «María ganó el concurso Ciudad de Oviedo, llegando a la cumbre de su voz». Para Soberado, la que se va es «una voz reconocida y reconocible en este valle y en toda Asturias». «La llevaremos en el corazón y, esté donde esté, espero que siga disfrutando de la música». Sergio Agüeros, del grupo Tanea de Cantabria, o los integrantes del Dúo Astur, Jorge Tuya y Luis Estrada, también acudieron a esta amarga cita. «Es una gran pérdida porque, a parte de cantadora, como persona María era bellísima», destacó Tuya. Su mejor recuerdo con la joven se remonta a hace seis años «cuando vinimos a cantar juntos aquí a su pueblo, a Robriguero». El intérprete subraya que «ella era brava» y que «luchó lo indecible por hacer frente a su enfermedad». Una fuerza que según Luis Estrada «en el escenario la hacía crecerse». «Estaba dispuesta a dar hasta la última gota de su sangre por la canción asturiana», insistió.

A las condolencias se sumó Álvaro Fernández, también compañero e intérprete, quien comparó la voz de la Pastorina del Cares con «las grandes voces clásicas de la canción asturiana». «Es una enorme pérdida de la que para mí, además de una gran amiga, era una grandísima profesional». Conteniendo las lágrimas asistió al funeral Pachu Gómez, presidente de la Asociación e Intérpretes de Canción Asturiana (AICA). «Es un mazado para todos», confesó. La recuerda como una mujer «honesta, espontánea, que decía lo que pensaba en todo momento, amiga de sus amigos y muy luchadora». «La vida no se lo puso fácil pero nunca se derrumbó», apuntó. Sobre su trayectoria musical Gómez valoró que siempre fue «ascendente».

Juan Martín, presidente de la Asociación El Cantu la Jorma de Suarías, describió sus dotes para la canción explicando que María «estaba dotada de una gran técnica para la tonada, cantaba con mucho gusto y tenía una voz preciosa». Además deja una buena sucesora. «Su sobrina, Cristina Sánchez, es alumna de la escuela de tonada de Suarías, ya logró varios segundos y terceros puestos en algunos concursos, y tenía a su tía siempre como referente», señaló.

«Ya le canta a Dios»

La celebración religiosa fue emotiva y multitudinaria. La iglesia se quedó pequeña para acoger a todas las personas que quisieron estar presentes. El párroco, César Acuña, pronunció una homilía en la que apuntó que el canto de la Pastorina del Cares «sonó en todos los corazones de Asturias». «Su voz le hizo llegar a lugares donde físicamente no pudo estar, ahora se queda con nosotros. Ella ya le está cantando a Dios», expresó.

El alcalde de Peñamellera Baja, José Manuel Fernández, también acompañó a la familia de la desaparecida en este duro momento y se comprometió a «mantener la celebración del festival de canción asturiana que María nos ayudaba a organizar con motivo de las fiestas de San Isidro». «Será nuestro homenaje». María Dolores Sánchez Blanco procedía de una familia de trece hermanos y era gemela con uno de ellos, Jesús. Familiares y amigos cerraron el funeral con un caluroso aplauso para despedir a la que siempre será la gran voz de Robriguero.

Referencias